Otoño en el Estrecho de Gibraltar ¿fin de la migración?

Cuando el día se va haciendo más corto, las lluvias comienzan a hacer acto de presencia y el marrón de los campos se va tornando en el verde de la otoñada, la mayoría de las aves migratorias han realizado ya su viaje hacia el continente africano, pero ¿ha finalizado la migración de las aves?.

Durante esta época del año acontecen en El Estrecho de Gibraltar varios procesos que indican que aunque el periodo otoñal entre en su recta final, las aves no dejan de ir y venir usando este lugar como nexo de unión entre los dos continentes y entre el Mediterráneo y el Atlántico.

Durante este periodo y como fenómeno más destacables por la espectacularidad que supone observarlos, enormes bandos de cientos e incluso de miles de ejemplares de buitre leonado ciclean al unísono en corrientes de aire ascendente con la intención de tomar altura para poder cruzar hacia el continente africano. Este comportamiento, que hasta hace bien poco era desconocido por muchos ornitólogos,  tiene lugar entre los meses de octubre y diciembre y consiste en la migración que realizan anualmente gran parte de los juveniles de buitre leonado nacidos en España, Portugal y Francia y cuyo principal objetivo es cruzar el Estrecho para alimentarse de las grandes carroñas del Sahel africano.

Además, es justo en este momento cuando la posibilidad de observar a los escasos buitres negros es más alta durante el año ya que estos acompañan a los buitres leonados en su viaje migratorio al sur. Es también la mejor época para localizar algún ejemplar de buitre de rupell o buitre moteado que aunque es una especie africana, durante los últimos años no resulta extraño observarlo alimentándose en alguna carroña o mezclado entre un bando de buitres leonados.

Durante estas fechas, tiene lugar también en el Estrecho de Gibraltar la denominada migración presahariana. Ya finalizado el trasiego de aquellas especies que viajan por debajo del Sáhara, es decir, las transaharianas, el tránsito de aves continúa ya que a consecuencia de la bajada de temperatura y a la escasez en cuanto a la disponibilidad de alimento, muchas de estas especies que se han reproducido en el continente europeo, tienen que migrar hacia nuestras latitudes o hasta el norte del continente africano. Entre ellas, es muy notable por sus característicos cantos al migrar durante la noche, la entrada de los zorzales comunes y alirrojos. Además esta llegada de aves de zonas más septentrionales, es muy perceptible también en familias como en la de los fringílidos que forman grandes bandos mixtos y en la de los motacílidos con la llegada de las lavanderas blancas y las bisbitas comunes o pratenses. Conforme avanza el otoño, la presencia de invernantes se va haciendo cada vez más conspicua y aparecen aves como el esmerejón, aguilucho pálido, búho campestre, avefría europea o el omnipresente colirrojo tizón, pero es sin duda durante este periodo cuando aparece una de las aves más espectaculares de las que surcan nuestros cielos de la comarca. Con su característica llamada a modo de trompeteo y con sus enormes siluetas, van llegando las grullas a la antigua laguna de la Janda procedentes de países tan lejanos como Finlandia, Polonia, Estonia y Suecia entre otros (datos propios obtenidos mediante lecturas de anillas).

Aunque los diferentes ecosistemas que existen en la antigua laguna de la Janda y la campiña tarifeña (arrozal, cereal, zonas de ganadería extensiva, acebuchal…) son de especial interés para las aves invernantes, sin duda alguna, su riqueza en cuanto a caza menor con especies autóctonas como la liebre, la perdiz roja y sobretodo el abundante conejo e introducidas como el faisán vulgar, convierten a este territorio en un lugar de vital importancia para la dispersión juvenil de las grandes águilas ibéricas. Ejemplares juveniles e inmaduros de especies como el águila perdicera, águila imperial ibérica y la escasa águila real, visitan durante este periodo la laguna de la Janda y sus aledaños y por lo tanto no resulta extraño observar a estas joyas de la avifauna ibérica en uno de sus lances de caza.

Como si de una autopista se tratara, el paso natural a través del Estrecho de Gibraltar no cierra sus puertas y cuando algunas aves aún no han finalizado su viaje de ida hacia África, a otras se les despierta la llamada de la reproducción y comienzan ya su viaje de vuelta a Europa. Este es el caso de la cigüeña blanca, la cual por estas tempranas fechas se puede observar ya en pequeños bandos entrando por el valle de la luz o por otras zonas como el valle que forman la Sierra de Fates y la de la Plata. 

Como habéis podido comprobar con los diferentes fenómenos migratorios que acontecen en el Estrecho de Gibraltar y la Janda, las aves no dejan de ir y venir de un lugar a otro en función de sus requerimientos ambientales. Por tanto, el Estrecho y la comarca de la Janda, son uno de los mejores lugares del mundo para comprobarlo y en donde se puede disfrutar durante gran parte del año de uno de los acontecimientos más espectaculares de los que existen en la naturaleza, “la migración de las aves”.

 

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Manuel Morales / Birding Tarifa